No sín mi mascota

La palabra mascota  procede del francés mascotte, y se refiere a animales que acompañan al ser humano. Desde el inicio de los tiempos, los humanos nos relacionábamos con los animales únicamente sacando algún provecho de ellos, para nuestra alimentación o para yuda en las labores de labranza, transporte u otro tipo de tareas. Posteriormente, se utilizaron para actividades deportivas y de divertimento (caballos, perros)  y los  perros comenzaron a utilizarse como ayuda y guía para personas con discapacidades.

Hoy en día,  estos animales, catalogados como domésticos,  han llegado a convertirse en fieles compañeros y en amigos de sus amos, y son muchas las familias en las que los tratan como a uno más. Las mascotas aportan grandes beneficios a las personas, especialmente a niños y ciertos grupos de adultos que por una razón u otra tienen sensación de soledad. Son muchos los casos conocidos de personas que han dejado cuantiosas herencias a asociaciones que se encargan de la protección de los animales, o a las personas que se van a encargar de cuidar a sus mascotas cuando los amos hayan muerto. Esto da una idea de la importancia que tienen las mascotas en las vidas de los seres humanos cuando las tienen.

Los Psicólogos coinciden en que  las mascotas, además de brindar compañía,  suponen un gran apoyo emocional a las personas. Dependiendo del grupo de personas estas las aportaciones por parte de nuestras mascotas son distintas:

Niños y adolescentes
Cuando unos padres adquieren una mascota para su hijo, lo hacen en la mayoría de los casos para que aprendan a adquirir la responsabilidad de cuidar de ella, al mismo tiempo que se divierten, especialmente si son hijos únicos. La mascota supone una muy buena compañía para un niño solitario, un compañero de juegos , se convierte en un miembro más de la familia.

También está demostrado que para ciertos aspectos vulnerables de la personalidad de los niños como pueden ser la baja autoestima, el miedo a la soledad, la depresión o la timidez,  el hecho de tener una mascota mejora de una forma notable estos comportamientos.

Adultos solteros
Frecuente, y sobre todo en las grandes ciudades, las personas adultas que viven solas sienten necesidad de expresar sus afeccionescon otras personas y en su defecto el hecho de tener una mascota en casa supone un gran beneficio. Es muy habitual que un psicólogo recomiente a personas adultas sin pareja adquirir una mascota, siendo los gatos y los perros las recomendaciones más habituales.

El hecho de  llegar a casa y  en lugar de encontrarla vacía, ser recibidos por un cariñoso animalito que les espera con alegría proporciona una sensación placentera que mejora notablemente los estados de ánimo. Tener una mascota puede, muy fácilmente, disminuir los efectos depresivos que ocasiona la soledad.

Parejas sin hijos
Las parejas sin hijos son otro de los grupos en los que tener una mascota juega un papel muy importante. La mascota es tratada como un hijo, proporcionan a su animal de compañía el cuidado y la protección que le darían a sus hijos.

Personas ancianas
Para los ancianos, las mascotas tienen una gran importancia. A ciertas edades, la soledad es muy frecuente, y estas personas necesitan algo positivo en lo que ocuparse para no deteriorarse de manera física y mental. Y no hay nada mejor que una mascota para llenar la vida de una persona anciana, sentirse acompañado y ocupado, además de hacer ejercicio. Muchos estudios han demostrado que la compañía de un gato o un perro ayuda a las personas ancianas a gozar de una mejor salud que aquellos que no tienen mastocas.

Personas discapacitadas
Quienes sufren algún tipo de discapacidad tanto física como sensorial, obtienen grandes beneficios de la ayuda de sus animales. Entre ellos se encuentran los delfines, perros de servicio y otras especies comunes de mascotas.

Para los niños que sufren algún tipo de parálisis, los delfines han resultado ser muy terapéuticos. Nadar con ellos hace que los niños se sienten más seguros de sí mismos e incremente su autoestima.

En las personas que sufren Alzheimer también también se han podido comprobar los beneficios de la compañía de un animal.

En definitiva, está claro que nuestros pequeños amigos has pasado a formar parte insustituible de nuestras vidas y como tal, empezamos a reconocerles sus derechos. Aunque todavía queda mucho camino, los avances en los últimos 20 años han sido muy significativos y esperamos que las instituciones sigan avanzando en este sentido, ya que como siempre decimos….. «Ellos harían los mismo por tí».

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